¿Pero cómo vas a abrir un blog en pleno 2025, Maricarmen? Eso fue lo que me dije a mí misma cuando tuve la brillante idea de volver a escribir un blog. ¿Y cómo se me ocurrió? Pues como la mayoría de las ideas locas que tengo, de repente, sin pensarlo demasiado, porque si lo pienso mucho, seguramente no lo hubiese hecho.
Pero aquí estoy, escribiendo mi primer post con la misma ilusión con la que lo hacía hace años, porque… ¿Sabes una cosa? Yo antes tenía un blog.
Un blog de manualidades y decoración llamado Srta. Pérez. Fue hace tiempo, justo cuando los blogs estaban de moda. Lo abrí sin ninguna pretensión más allá que la de compartir contenido y pasármelo bien. Y lo que empezó siendo un juego se acabó convirtiendo en mi trabajo, porque al cabo de unos años pasé a dedicarme en cuerpo y alma a crear contenido para el blog. Cuando decidí poner fin a esa etapa, recibía 10.000 visitas al mes, unas estadísticas que ni en mis mejores sueños me hubiese atrevido a imaginar.
De aquella época aprendí muchísimas cosas, pero hay una que me grabé a fuego, y es que la constancia y el esfuerzo siempre tienen buenos resultados. Me pasé casi ocho años publicando tres veces por semana, creo que no he sido tan constante en mi vida con algo como con ese blog, pero era una cosa que disfrutaba tanto que no me importaba hacerla. En realidad se lo debo todo, porque si hoy estoy aquí es gracias a él.
Como buena blogger, además de escribir mi propio blog, leía otros muchos. Lo primero que hacía por las mañanas cuando encendía el ordenador era entrar en mi cuenta de Bloglovin y ponerme al día. En aquella lista había muchos blogs, pero tenía especial fijación por los americanos. Me fascinaba la estética tan cuidada que tenían, con esos diseños y esas fotos tan bonitas. Me fascinaban tanto que mi principal objetivo se convirtió en conseguir que el mío fuese igual de bonito. El tema del diseño web más o menos lo tenía controlado, pero la fotografía había que mejorarla mucho.
Así que me compré una cámara réflex de segunda mano, me apunté a un curso de fotografía en mi pueblo y empecé a practicar mucho. Nadie en aquel momento se hubiese imaginado que acabaría dedicándome a la fotografía de forma profesional. Poco a poco fui mejorando y fui obteniendo más visibilidad. Luego llegaron las colaboraciones con marcas, ver algunos de mis tutoriales publicados en revistas y en plataformas online. También hubo muchas propuestas que nunca salieron adelante, como la de ser portada de un magacín muy conocido en el mundo del handmade o presentarme al casting de maestros de la costura. Si lo dejé fue porque la llegada de las redes sociales fueron reemplazándolos poco a poco, y porque llevaba mucho tiempo al pie del cañón y el cuerpo me pedía hacer otras cosas.
Ahora, seis años después, vuelvo a tener un blog, y como has podido comprobar, sé cómo usarlo. El plan es que no tengo ningún plan más allá de compartir aquellas cosas que me gustan. No tengo un calendario programado de entradas, ni siquiera tengo los temas muy definidos. Lo único que te puedo decir es que va a estar relacionado con el mundo de la creatividad y que estoy muy ilusionada y tengo muchas ganas de compartir cosas por aquí.
¿Te quedas para descubrirlas?
Nos leemos pronto.
